miércoles, 2 de diciembre de 2015

Una vez más...Colonia del Sacramento

Mientras mi viejito se sigue recuperando y espera que le digan cuál será el tratamiento que deba hacer para plantarle cara a ese tumor bien grande que sacaron por entero y no tomó los glanglios...nosotros decidimos salir de Bs As para celebrarnos y ofrecernos un paréntisis que bien bien nos vendría.


Llegamos tan quemados mentalmente a este viajecito de fin de semana XL, que me equivoqué el horario del viaje de ida y lo clavé al Vasco 4 hs antes en el puerto de Buquebús.
Él, solidario, me hizo ver que no importaba..que tomáramos algo mientras esperábamos para embarcar.
En el café en cuestión me encuentro con esta imagen y no pude menos que "viajar" en el tiempo...los años 30 tal vez? Y me empecé a inventar un montón de historias que ocurrirían en esos barcos que de seguro demorarían bastante más que los de  ahora en llegar a la otra orilla.



De tan primeros, fuimos en efecto los primerísimos en asegurarnos un lugar en lo que luego sería la fila caótica.
( es que unieron los pasajeros de 2 barcos distintos y salimos una hora después de lo previsto - Imaginate mi fastidio)


Una vez arriba del Silvia Ana, ahora sí, a disfrutar...que por cuatro días locos que íbamos a vivir...no valía la pena ningún disgusto futil.



Llegamos a nuestra posada y todo fue felicidad.



Esa noche, antes de la lluvia que diluvia, el cielo se reventaba de estrellas. No hacía ni calor, ni frío.
Y el grueso de los turistas aún no habían llegado.
Así que la tuvimos toda para nosotros.


Viajo a Colonia desde los 20 años, digamos que ya cumplimos juntas las bodas de plata y ¿podés creer que no deja de enamorarme? 

Que ...qué tiene? Nada...y todo. Por eso la amo. 
Tiene por ejemplo colectivos que al subir el chofer te vende los pasajes en forma de boleto de papelito y te saluda y cuando le decís gracias , él te dice " merece".



Tiene tiempo sin tiempo. No hay prisa, porque no hay adónde salir como locos.
Todo está allí cerquita, próximo a la sensibilidad de que dispongas.
Hay tiempo para libros y para mateadas largas.


Después de la lluvia reparadora que nos hizo aún más placentero el sueño nocturno, salió el sol.Y ahí nomás nos alquilamos un carrito y nos fuimos a recorrerla por vez número mil y quinientas.
El Vasco "jugando" a ser James "Bo" ( el agente secreto uruguayo de Capusotto)


Y llegamos al río con playita linda, donde mojarse es posible.


Y somos muy felices por habernos encontrado hace 14 años atrás y seguir tan alocadamente juntos, con mi FDR.


                   El día siguió a pura preciosidad.









                      Y a la noche, magia otra vez.



"Clavo mi remo en el agua 
Llevo tu remo en el mío
Creo que he visto una luz al otro lado del río..." ( J.Drexler)

































































































































2 comentarios:

  1. Que bueno que hayan podido hacer la escapada.. Colonia es una ciudad hermosa, vale la pena volver cada tanto..
    sus callecitas enamoran..
    Beso grande

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  2. Colonia es el lugar perfecto para regalarse unos dias tranqui, con alguien amado con el que disfrutar la tranquilidad del lugar. El Vasco y vos me parece que lo necesitaban mucho, ahora, con las pilas recargadas a seguir esperando la mejoría de tu papá. Un abrazo grande!!

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